Los andaluces.
De esta rama familiar tenemos el árbol genealógico que se remonta a 1535. De nuestros tatarabuelos, solo tenemos datos de Manuel de Castro Heras (1801-1864) casado con Antonia Arráez Soler (1833-1854).
Manuel de Castro fue el 4º Marqués de Campohermoso, título que tenía la familia desde 1739. Cedió el marquesado a su hermano menor, Trinidad, como regalo de boda, ya que él estaba soltero y sin pensamiento de casarse. Así no se perdería el título.
Si este antepasado no hubiera sido tan generoso, el título de marqués de Campohermoso lo tendría ahora nuestro hermano Antonio ¿os imagináis? Ahora seríamos los hermanos del marqués, los sobrinos, los primos, los hijos, los nietos del marqués. Y ahora comprenderéis todos de donde le viene a Antonio ese “saber vivir”…. estaba destinado a ser marqués, y aunque sin título ¡el vive como tal!
Al poco tiempo de regalar el título, conoció a una joven, Antonia Arráez Soler (1833-1854), con la que se caso en 1849, muriendo a consecuencia del parto de su primera hija, Teresa. Esta Teresa era nuestra bisabuela, la que siempre conocimos como “la abuela Teresa”.
Teresa nació en Guadix, un día del mes de junio de 1851. Solo disfrutó de su madre tres años. Cuando ésta falleció, su padre la llevó al Colegio para Niñas Nobles, en Madrid, cerca de su abuela Catalina. Así que fue Catalina quien cubrió las necesidades afectivas de Teresa, que se quedó huérfana también de padre cuando tenía catorce años.
Huérfana y con una inmensa fortuna, a la abuela Catalina le empezó a preocupar el futuro de Teresa. Y no tardando mucho, le presentó a un joven médico, Rafael Díez Cano (1844-1918), hijo de unos antiguos amigos, que frecuentaba las reuniones semanales que hacía en su casa. Se casaron en 1866, cuando Teresa contaba con 15 años y Rafael 22. No fueron padres hasta 1882, año en que nació su único hijo Rafael Diez Castro, nuestro abuelo materno, que también fue médico.
Sin lugar a dudas, venimos de una familia de grandes cocineros. Nuestro bisabuelo, Rafael Diez Cano, fue el director del Hospital Provincial de Almería, pero su gran afición era la cocina. Mi abuela Araceli nos contaba anécdotas de su suegro, donde quedaba demostrado su amor por los fogones. Organizaba cacerías en el cortijo con el único fin de poder cocinar para sus amigos.
Una anécdota que gustaba contarnos, era que llegó el Rey Alfonso XIII a Almería camino de Ceuta. No pudiendo atravesar el estrecho por causa de un temporal, mi bisabuelo organizó una comida en el Hospital, siendo él el cocinero. Hizo arroz de primavera. Mi madre este plato “lo bordaba”.
Estos bisabuelos vivían en Almería, en la Plaza Bendicho, situada en un lateral de la Catedral.
Ahora la casa está ocupada por una oficina de Turismo.
Aquí vivían cuando Rafael Diez Castro se casó con Araceli Rodríguez Orland (1911). Y aquí nacieron sus tres hijos, Araceli, a quien todo el mundo llamaba Lilí (15.3.1912), María Teresa, conocida por Maruxa (13.5.1914) y Rafael (1916).
Contaba nuestra madre que su abuelo alguna mañana se la llevaba al hospital y la dejaba al cuidado de las monjas. Fueron estas monjas quienes la enseñaron a leer.
Hospital Provincial de Allmeria, en la actualidad.
Cuando su abuelo falleció, Lilí tenía 4 años y seis cuando murió su padre.
Nuestra abuela, Araceli, viuda con 27 años, tres hijos y una suegra también viuda, pensó, con mucho acierto, que lo mejor era salir de Almería. Y se fue con sus retoños a Barcelona, donde solo estuvo un año. Luego se dirigió a Madrid quedándose para el resto de su vida.
Nada más llegar a Madrid, internó a las niñas en el colegio que aún existe en la calle Martínez Campos. Y allí estuvieron hasta los 17 años. Nuestra madre siempre nos decía que fueron años dichosos, recordaba su época de internado con mucho cariño. Gracias a su carácter abierto siempre fue protagonista de todos los actos importantes del colegio. No ocurriendo así con su hermana Maruxa, que era tímida y apocada.
ARROZ DE PRIMAVERA DEL BISABUELO
Ingredientes para 4 personas
1 tacita de Guisantes
1 tacita de Habas
4 Alcachofas
1 Pimiento verde
2 tomates
2 dientes de ajo
Perejil
300 grs. Arroz
650 ml. Agua
Sal
Aceite
Se preparan las verduras. Las alcachofas bien peladas dejando solo el corazón. Se frotan con limón para que no oscurezcan. Los guisantes y habas, si no hay frescos se pueden utilizar congelados.
En la paella se pone aceite y se doran los dientes de ajo. A continuación se fríe el perejil. Se saca todo al mortero.
En el mismo aceite se fríe el pimiento verde en trocitos. Se aparta.
Freír los dos tomates pelados y picaditos. Una vez que está el tomate, se añaden las verduras (las alcachofas troceadas en 4), rehogándolas con el tomate.
Añadir el pimiento y el arroz. Rehogar todo junto.
Se incorpora el agua con lo del mortero (ajo y perejil).
Poner la sal y cocer a fuego lento, aproximadamente 15 minutos. Cuando se apaga, se deja reposar otros 5, tapado. Se puede añadir limón que le da muy buen sabor.